Jesús Mesas Silva ha escrito en «Águila Roja» y ha coordinado «Estoy vivo» y «Deudas», recientemente estrenada en Atresplayer. Hoy nos habla de sus hábitos de escritura.
Mi horario favorito para escribir es…
Ninguna hora es buena. Siempre me quejo antes de ponerme a escribir porque preferiría estar haciendo otra cosa… Pero al final, en cuanto entro en la historia, en los personajes, me cuesta mucho salir y volver a mi vida normal. No tengo término medio, me muevo entre la vagancia y la escritura obsesiva.
Mi lugar preferido para escribir es…
Últimamente prefiero escribir en mi estudio. Es un altarcito friki, con libros de cine, muñecos funko, un Baby Yoda y un Baby Groot enorme. Láminas de Stranger Things y Bobba Fett. Tengo hasta figuritas de Vince Gilligan y Guillermo Del Toro, un Cristo y un Pennywise. La narrativa completa de Lovecraft bien cerca. Me gusta escribir rodeado de todas las mierdas que me inspiran y me hacen querer contar historias.
Mi herramienta de trabajo para escaletar es…
A ver… Yo diría que la pizarra si no soy yo el que escribe. Porque soy un poco guarro y desordenado. Monto en la pizarra un pifostio de flechas, borrones y palabras inconexas, parece que estoy invocando a un demonio. Mis compañeros me miran raro, no entienden nada… Una cosa horrible. Por eso prefiero apuntar la estructura en una libreta y que otro compañero asuma la tarea jodida de poner el capítulo en pizarra.
Mi programa de escritura favorito…
Final Draft.
Releo todo lo escrito en días anteriores…
No demasiado. Si encuentro el tono, el conflicto, el tema que hay detrás de las secuencias, o la ambientación si estoy escribiendo una historia más atmosférica, de misterio y terror, me dejo llevar y escribo. No suelo darle muchas vueltas antes de escribir, realmente escribo a toda hostia, intentando mantener la frescura. Si el instinto me dice que las secuencias están bien, las envío y ya está. Simplemente lo sabes. No tiene mucho sentido quemar el material y hacer tú solo cuarenta versiones antes de compartir el trabajo con tus compañeros y que ellos te den su opinión en una revisión.
Mi secreto para concentrarme es…
La música. No soy capaz de escribir sin música. Necesito encontrar una canción para cada momento del guion, cada secuencia. Me marca el ritmo interno de la escena, el tono, me sugiere imágenes. Realmente, gasto más tiempo buscando el tema musical de fondo que voy a usar para escribir que escribiendo. Cada proyecto tiene su playlist.
¿Escaletar o dialogar?
Me gusta mucho dialogar. Es un juego de ritmo, de intenciones cruzadas, de cosas dichas en voz alta, de emociones sugeridas y secretos que nunca se pronuncian. Escaletar es más racional y me gusta cuando no se siguen estructuras férreas, cuando te dejas sorprender por la historia.
¿Comedia o drama?
No me gusta la comedia pura ni el drama puro… Aunque he tenido que escribir ambas cosas y seguiré escribiéndolas para pagar el alquiler. Soy un guionista que disfruta y es feliz cuando escribe en clave de género: terror, misterio, aventuras. Es casi una forma de vida.
Lo que más odio escribir es…
Arrancar a escribir. Empezar es duro cada día. Tienes que luchar contra ti mismo para ponerte a currar. El trabajo de guionista es como cualquier otro oficio. Por mucha vocación que tengas, por mucho que te apasione tu trabajo y contar historias, escribir termina siendo un proceso cansado y arrancar cada mañana es un coñazo.
Siempre he soñado con escribir…
Desde niño siempre he soñado con escribir una adaptación de “Posesión”, una novela no muy conocida de Stephen King. Con dibujos animados asesinos, vecinos corriendo de un lado a otro, y gente de barrio enfrentándose al mundo inmenso de lo Desconocido. Con tensión y espectáculo. Con terror y mucho fantástico. Sé que nunca voy a realizar esa adaptación… Así que tendré que joderme y ya está.