Ya he visto el capítulo 1 de la nueva serie de Altor Gabilondo y tengo que confesarlo: estoy deseando ver más. ¿Por qué? ¿Qué tiene este piloto que me ha enganchado? ¿Qué tiene que tener un capitulo 1 para que el espectador quiera seguir viendo la serie? Básicamente existen dos estrategias para conseguirlo. La primera de ellas tiene que ver con la trama, con las acciones. La segunda está relacionada con los personajes.
Con respecto a la trama y a lo largo del primer capitulo, el guionista hábil ha tenido que formular preguntas cuya respuesta el espectador quiera conocer. No se debe intuir que las preguntas tienen una explicación sencilla pero tampoco llevar al espectador hasta el terreno de lo ilógico o lo irreal. En ese sentido, y como amante del misterio, a mí las preguntas que más me interesan tienen que ser amplias. Me gustan las series en las que simplemente te preguntas “¿Qué está pasando aquí?” o “¿Qué me está pasando?”… como en “Perdidos”, como en “La zona”. Pero como decía, lo más importante es (y aquí entramos en el terreno de la subjetividad), que las preguntas sean interesantes y que desees conocer la respuesta.
En el caso de “Vivir sin permiso”, me parece que las preguntas planteadas a lo largo del capitulo 1 son muy atractivas pero me surge la duda de si el guionista no estará dejando contestadas demasiadas. Veámoslas una por una (spoilers a partir de aquí):
- ¿Por qué Nemo no quiere que desconecten a Ada? Es una pregunta muy interesante, pero al final del capítulo, la pregunta queda aparentemente contestada por lo que no nos anima a seguir viendo la serie.
- ¿Tiene Nemo la enfermedad que le han diagnosticado o le están pagando para que lo crea? La pregunta es muy sugerente pero tengo dudas de que la trama vaya a tirar por ahí. Si lo hacen, me quitaré el sombrero.
- ¿Quién heredará “Open Sea”? Esta pregunta sigue claramente abierta y es una de las grandes preguntas de la serie.
- ¿Hasta donde está dispuesto a llegar Mario para hacerse con “Open Sea”? ¿Dejará a su mujer por Nina, la hija de Nemo? También queda abierta.
- ¿Conseguirá Carlos superar su adicción? Abierta.
- ¿Evitará Nemo que ese periodista publique un artículo sobre él? ¿Será éste el comienzo del fin de Nemo? Quizás éstas sean las preguntas que a mí más me animan a seguir viendo la serie, tal vez porque se intuye que las respuestas implican un largo e interesante recorrido. Sin embargo, aún me interesarían más si hubiéramos conocido un poco más al periodista y nos hubiéramos identificado con él. Espero que esto suceda en capítulos posteriores.
- ¿Superará el personaje de Carlos Hipólito el problema que le tortura? Durante buena parte del capítulo no sabemos cuál es ese problema pero en determinado momento se nos revela y al final del capítulo la respuesta a la pregunta queda tristemente contestada, lo que tampoco anima a seguir viendo la serie.
- ¿Conseguirá Lara el propósito de ayudar a su madre? Al final del capítulo también se contesta.
- ¿Perdonará Lara a su padre alguna vez? Otra de las grandes preguntas de la serie, esta vez no en el terreno del thriller sino en el de las relaciones personales.
Como os decía, muchas de las preguntas ya han obtenido respuesta aunque otras no. No obstante, considerar que el espectador se queda por las respuestas es analizar la realidad sólo a medias. ¿Por qué más quiero seguir viendo “Vivir sin permiso”? Por el segundo mimbre: por los personajes. Básicamente existen tres motivos por los que unos personajes resultan interesantes:
- Porque son o les pasan cosas divertidas (recurso habitual de la comedia)
- Porque el espectador comparte sus nobles motivos (identificación con el protagonista)
- Porque se trata de personajes singulares que nos producen fascinación y/o repulsión.
En ese sentido, a los personajes de “Vivir sin permiso” no les pasan cosas divertidas, no compartes sus motivaciones… y sin embargo no puedes dejar de observarlos: nos fascinan y repugnan por igual. Desde el todopoderoso Nemo hasta el desahuciado Lamas, pasando por el ambicioso Mario, el débil Carlos o el leal esbirro que interpreta el inconmensurable Luis Zahera. ¿Cómo se hace para construir personajes hipnóticos sin recurrir al fenómeno de la identificación? La respuesta en la entrevista a Aitor Gabilondo que publicaré en unos días.
Después de haber visto seis capítulos, puedo decir que coincido en tu diagnóstico. Que Nemo Bandeira tenga una debilidad tan incontrolable lo hace muy sugerente, porque no sólo tiene que luchar contra las adversidades externas por mantener su legado, sino que uno de sus enemigos principales es él mismo. Además, los juegos de poder siempre me han suscitado mucho interés. Por lo demás, considero que los personajes están bien definidos y que todos tienen un fin por el que luchar. Es inevitable compararla con «El Príncipe» por el éxito que tuvo, pero creo que Aitor Gabilondo ha conseguido con acierto desmarcarse de aquéllo sin perder la fórmula del éxito.
Saludos