Llevaban 10 años cerradas. Los niños de entonces son jóvenes hoy y los jóvenes, adultos. Quizás por eso, el reboot se muestre más oscuro que el original. La disfruté mucho entonces y hoy tengo la oportunidad de entrevistar a una de sus creadoras, la que me dio la oportunidad de participar en aquella aventura tan distinta a todo lo que se hacía en televisión por aquel entonces.
¿De dónde partió la idea de revivir “El internado”?
La idea partió de los dueños del formato, The Mediapro Studio y Buendía estudios. Me llamaron para diseñar este nuevo internado y fue una sorpresa para mí. Al principio me resultó extraño, como viajar al pasado cuando tenía otros proyectos entre manos, pero enseguida Asier y yo dimos con una idea que nos enamoró y que suponía de facto crear una nueva serie trasladando el concepto del Laguna Negra a otro lugar y a otros personajes.
Por lo que se adivina en el trailer, la serie parece inclinarse más hacia el terror que la que escribimos hace más de diez años. ¿Por qué?
Desde el principio tuvimos claro que teníamos que dotar a El internado Las Cumbres de una personalidad propia. Sabíamos que las comparaciones iban a ser inevitables y, de hecho, ahí está el juego de hacer un reboot. Atraer a los nostálgicos tiene ese premio y ese precio. Las circunstancias actuales de la televisión nos permitían ir mucho más a saco que cuando estrenamos en el 2007. Ahora podemos apostar por el género, por el misterio y por el terror sin el miedo que había en aquel momento cuando (creo que) fuimos la primera serie de misterio emitida en el prime time de la televisión española. Recuerdo que en la primera rueda de prensa de El Internado Laguna Negra, había tanto miedo, que me pidieron que dijera que era una serie familiar, que omitiera el “detalle” de que era una serie de misterio, imagínate.
“Las Cumbres” no transcurre en el mismo internado que “Laguna negra”. Entonces ¿Qué es lo que comparte con la serie original? ¿Por qué debería verlo un fan de la serie primigenia? ¿Y por qué debería verlo alguien que no vio la original?
El internado Las Cumbres comparte con el Laguna Negra el concepto: Se trata de un internado donde conviven alumnos lejos de sus familias que oculta terribles secretos. El fan de la serie primigenia tiene que saber que está viendo otra serie distinta y, una vez aceptado esto, empezará a disfrutar de esta nueva aventura identificando muchos elementos. Hay guiños y pequeños homenajes a la antigua serie que fluyen de manera natural en esta nueva. Quien no vio la antigua puede entrar sin ningún problema en el nuevo universo de Las Cumbres, la historia no es en absoluto deudora de la anterior. Esta entrega también es trepidante y adictiva, los personajes son identificables con chicas y chicos reales, el universo es inquietante, sugerente… Yo la recomiendo.

¿Cómo fue el proceso de creación y escritura de la serie? ¿Quiénes participásteis? ¿Cuánto tiempo os llevó?
El proceso de creación de la serie duró varios meses. En el origen estuvimos Asier y yo. Pasamos por distintos momentos, desde sopesar un remake, hasta decidir que lo mejor era apostar por una nueva serie trasladando el concepto, muy vigente y con un enorme potencial, a otro lugar, a otros personajes, a otro misterio diferente. El piloto lo tuvimos claro enseguida, supimos que la mejor forma de presentar a los personajes era con una fuga del internado. Después llegaron Sara Belloso y Abraham Sastre y entre todos acabamos de construir el arco de la temporada y nos pusimos a escribir los siete capítulos restantes.
¿Os afectó de alguna forma la pandemia?
Nos pilló en mitad de la grabación. Nos dio tiempo a rodar los exteriores en el Monasterio de Iratxe antes del confinamiento. Todo fue muy confuso al principio, no sabíamos si íbamos a poder retomar la serie o si se había acabado el mundo… Qué alegría haber llegado hasta aquí.
Para mí, escribir esta serie fue muy divertido en su momento aunque recuerdo que la duración de los capítulos (70 minutos) era un handicap porque obligaba a contar varias historias a la vez que a veces no encajaban, bien por tono, bien por estructura temporal ¿Cómo lo habéis hecho ahora? ¿En qué cambian la serie al contarse en capítulos de 50 minutos?
Los 50 minutos son un regalo para los guionistas. El formato de 70 hacía muy difícil la escritura de los capítulos que eran prácticamente películas semanales y condicionaban totalmente la estructura y el tipo de historias. Ahora, con 50 minutos, podemos centrar la narración en torno a una historia troncal y supeditar a ella todo lo demás. El Internado sigue siendo una serie difícil de pensar y escribir, hay que encontrar la medida de la dosificación de información y abrir espacio al desarrollo de personajes dentro de una trama llena de giros. Pero es mucho más gratificante escribir así.
¿Cómo fue el proceso de selección del equipo?
Los guionistas que han formado parte del equipo son antiguos guionistas del Internado Laguna Negra. No fue difícil reencontrarnos porque habíamos vuelto a trabajar juntos en otros proyectos. Todos conocíamos muy bien el concepto y su potencial y por eso ha sido divertido y sugestivo afrontarlo de nuevo juntos.
¿Qué ha sido lo más difícil de escribir de esta serie?
Lo más difícil es diseñar la trama de misterio, dosificar la información, ir dando respuesta a los interrogantes mientras plantamos otros… Desgranar lo que tenemos en la cabeza generando un efecto adictivo en el espectador y generar un universo nuevo y atractivo que no decepcionara a los nostágicos.
¿La temporada queda en alto? ¿Habrá segunda temporada? ¿Hay misterio para otros 71 capítulos?
La temporada resuelve algunas cuestiones, pero queda en alto. Nos gustaría, si nos dan la oportunidad, desarrollar más temporadas.